¿Por qué los asiáticos tienen los ojos rasgados?

¿Alguna vez te has preguntado por qué muchas personas asiáticas tienen los ojos rasgados? Esta característica física, tan común en países como China, Japón o Corea, ha despertado la curiosidad de millones de personas en todo el mundo. ¿Es genética? ¿Una cuestión de adaptación? ¿Una ilusión óptica? Hoy te explicamos la verdadera razón desde un enfoque científico, evolutivo y cultural, derribando mitos y desinformación.

¿Por qué los asiáticos tienen los ojos rasgados?

¿Qué son los ojos rasgados o el pliegue epicántico?

Lo que comúnmente se conoce como “ojos rasgados” o “ojos achinados” tiene un nombre técnico: pliegue epicántico, también llamado epicanto o brida mongólica. Se trata de un pliegue de piel en el párpado superior que cubre parcial o totalmente el lagrimal.

Este pliegue modifica la percepción externa del ojo, dándole un aspecto más estrecho y alargado, aunque el globo ocular y la visión sean iguales a los de cualquier otro ser humano.


¿El ojo de las personas asiáticas es diferente?

No. A diferencia de antiguas teorías ya descartadas, el globo ocular es prácticamente igual entre todas las etnias humanas. Tampoco hay diferencias relevantes en la estructura ósea que rodea el ojo.
La diferencia está en los tejidos blandos: piel, grasa subcutánea y músculo orbicular.

El pliegue epicántico es, por tanto, una variación anatómica externa, no una diferencia funcional.


El origen evolutivo del pliegue epicántico

La hipótesis más aceptada por la ciencia es que este pliegue es una adaptación evolutiva al entorno geográfico y climático. A lo largo de miles de años, las poblaciones humanas se han ido adaptando a las condiciones extremas del lugar donde vivían. En el caso de muchos pueblos de Asia Central y del Este:

  • 🧊 Frío extremo: como en Siberia o Mongolia.
  • 🌬️ Vientos intensos y persistentes.
  • ☀️ Alta radiación solar reflejada en nieve o desiertos.

El pliegue epicántico habría funcionado como una protección natural del ojo, similar a unas “gafas biológicas”, ayudando a reducir el impacto de la luz, el viento y el frío.


¿Solo las personas asiáticas lo tienen?

Aunque se asocia comúnmente con las poblaciones del Este asiático, el pliegue epicántico aparece en otros grupos humanos:

  • Algunas poblaciones indígenas americanas, como los inuit o pueblos andinos.
  • Grupos del norte y noreste de África.
  • Nativos del Ártico, como los esquimales (inuit).
  • Personas con ciertos síndromes genéticos, como el síndrome de Down.
  • Bebés de todas las etnias: durante los primeros meses de vida, muchos bebés presentan este pliegue, que suele desaparecer con el crecimiento en los no asiáticos.

Esto demuestra que el epicanto no es exclusivo de una raza, sino que puede surgir como rasgo evolutivo o genético en distintos contextos.


¿Por qué los occidentales no lo tienen?

Durante la etapa fetal, todos los seres humanos desarrollan inicialmente el pliegue epicántico. Sin embargo, en los fetos de origen europeo u occidental, este pliegue suele reabsorberse o desaparecer alrededor del tercer mes de gestación. En cambio, en los asiáticos (y otros grupos mencionados) permanece tras el nacimiento.

Esto refuerza la idea de que es una característica genética adaptativa, no una anomalía.


La diversidad dentro de Asia

No todas las personas asiáticas tienen el mismo tipo o intensidad de pliegue epicántico. Incluso dentro de un mismo país, hay diferencias notables:

  • En China, los habitantes del norte tienden a tener un pliegue más pronunciado que los del sur.
  • En Japón, algunos tienen un pliegue visible y otros no.
  • En Corea del Sur, el epicanto suele estar muy marcado, razón por la cual la cirugía estética del párpado («blefaroplastia») es común.

Esto muestra que la diversidad étnica dentro de Asia es enorme, y no debe generalizarse.


Aspecto estético y percepción cultural

En muchas culturas asiáticas, el pliegue epicántico ha sido visto históricamente como parte de la belleza natural. Sin embargo, con la globalización y la influencia de los estándares occidentales, ha habido un aumento en la demanda de cirugías estéticas de párpados (especialmente en Corea del Sur, China y Japón), para obtener lo que se conoce como “doble párpado”.

Por otro lado, en Occidente se han roto muchos prejuicios, y la belleza asiática se valora cada vez más, con modelos y celebridades que han cambiado los cánones tradicionales.


¿Qué dice la genética?

El pliegue epicántico es un rasgo poligénico, es decir, está influido por varios genes, y su herencia no sigue patrones simples. La ciencia aún no ha determinado los genes exactos responsables, pero se sabe que la herencia es compleja y multifactorial, influenciada por:

  • Factores genéticos ancestrales
  • Presión evolutiva
  • Entorno geográfico durante milenios

No es un rasgo patológico, sino una variación normal y adaptativa dentro de la diversidad humana.


Mitos comunes sobre los ojos rasgados (y por qué son falsos)

“Los asiáticos tienen ojos más pequeños”
👉 Falso. El tamaño del globo ocular es prácticamente el mismo en todas las etnias.

“Los huesos del cráneo son diferentes”
👉 No en lo que respecta a la forma ocular. Las variaciones son mínimas y no justifican el rasgo.

“Es una malformación genética”
👉 Totalmente erróneo. El pliegue epicántico es una característica normal, no una enfermedad.

“Es exclusivo de Asia”
👉 Como ya vimos, también aparece en América, África y otros lugares.


Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Se puede operar el pliegue epicántico?
Sí. Se llama blefaroplastia asiática y es una cirugía estética muy común en algunos países, aunque no es necesaria salvo por motivos personales.

¿Puede aparecer en personas blancas?
Sí. Puede darse como característica heredada, rasgo residual del desarrollo fetal o por condiciones genéticas particulares.

¿Es cierto que los bebés nacen con ojos rasgados?
Sí. Muchos bebés, sin importar su etnia, tienen el pliegue epicántico al nacer. En la mayoría de los casos occidentales, desaparece durante el crecimiento.


Conclusión

El pliegue epicántico, comúnmente conocido como «ojos rasgados», es una manifestación maravillosa de la diversidad humana. Lejos de ser una anomalía, es una adaptación evolutiva que ha protegido durante siglos a quienes vivieron en climas extremos.
Comprender su origen es también un paso para romper estereotipos, valorar nuestras diferencias y abrazar la historia biológica que todos compartimos.

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