Descubierta una «Estrella de la Muerte» que existe de verdad

Un grupo de científicos ha hecho un descubrimiento muy especial que ha puesto patas arriba los conocimientos astronómicos: han encontrado una estrella del mismo tamaño que tendría la nave de la «Estrella de la Muerte» (en clara referencia a la Saga Star Wars) que es capaz de acabar con la vida de planetas más pequeños.

enana

Estamos hablando de una enana blanca. Por si todavía no lo sabes, estos cuerpos tienen una densidad muy alta y, aunque en algún día tuvieron mucha actividad (se piensa que fueron soles que se extinguieron) ahora son solo masas gigantes fría capaces de viajar sin descanso a lo largo del universo.

Un día el sol perderá toda su energía, se expandirá al máximo mientras sus capas externas empezarán a desprenderse. Será en ese momento cuando se convierta en una enana blanca y su masa se reduzca a aproximadamente la mitad de lo que es ahora.

Este grupo de científicos ha publicado el miércoles pasado, en la revista Nature, toda la información sobre este descubrimiento. Se trata del primer planeta observado en la historia con estas características… y tan «solo» se encuentra a 570 años luz de nuestro planeta natal.

Este descubrimiento ha sido hecho gracias a la acción del telescopio Kepler. En un primer momento, los científicos descubrieron algunas variaciones de luz importantes que les indicaba que había algo en el objetivo. En el momento en el que empezaron a investigar el evento se dieron cuenta lo que estaban observando no era un planeta en si, si no un cometa con una estela.

Andrew Vanderburg, el responsable del trabajo realizado en la Universidad de Harvard ha asegurado que este fenómeno es concluyente para que podamos analizar como muere un sistema solar.

Además, entre las características del planeta descubrimos que tiene una gravedad muy fuerte, por lo que es capaz de atraer pequeños meteoritos y planetas los cuales colisionarán contra la superficie.

Al parecer, esto es un comportamiento muy habitual en las enanas blancas. Poco a poco han ido aumentado de tamaño gracias al ir absorbiendo todo tipo de restos rocosos. Ahora bien, es cierto que todavía queda mucho del proceso para comprender, pero estamos en el buen camino.

Nuestro sol, en algún momento, se convertirá en una enana blanca y esta nueva enana descubierta nos puede arrojar algo de luz para cuando se produzca este momento; es cierto que todavía queda mucho para ello pero, tarde o temprano, ocurrirá.

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