¿Merece la pena comprar un coche eléctrico en 2025? La verdad que no quieren contarte

¿Merece la pena comprar un coche electrico?

Vivimos una época en la que los coches eléctricos se presentan como la salvación del planeta. Gobiernos, fabricantes y medios de comunicación repiten una y otra vez su discurso: “son limpios, silenciosos, modernos y el futuro de la movilidad”. Pero… ¿y si no es del todo cierto? ¿Y si detrás de tanta campaña hay una tecnología todavía inmadura, costosa y profundamente contaminante?

Este artículo no busca complacer al sistema, sino informarte con datos reales y sentido común. Si estás pensando en comprar un coche eléctrico, aquí encontrarás las razones por las que podría no ser una buena idea. Porque a veces, la mejor elección no es la más popular… sino la más consciente.


❌ 1. Precio inicial: más alto, incluso con ayudas

Aunque la publicidad lo suaviza, los coches eléctricos siguen costando mucho más que sus equivalentes térmicos, incluso después de aplicar subvenciones. El Plan MOVES III puede darte hasta 7.000 euros de ayuda, pero no es automático ni universal. Muchas personas no lo reciben, tarda meses en aprobarse y está ligado a condiciones como entregar un coche antiguo para achatarrar.

Además, los precios de base ya están inflados:

Tipo de vehículoEléctrico medioGasolina/Diésel medioDiferencia real
Urbano22.000 €14.000 €+8.000 €
Compacto28.000 €20.000 €+8.000 €
SUV35.000 €+25.000 €+10.000 € o más

Y eso sin contar que muchas marcas te obligan a pagar por extras como el cable de carga rápida o incluso el Wallbox doméstico.

Los eléctricos, a día de hoy, siguen siendo coches para clases medias-altas. El supuesto “beneficio ecológico” no está al alcance de todos, y eso ya genera una contradicción de base.


🔋 2. Las baterías: caras, contaminantes y con caducidad garantizada

El componente más caro, frágil y contaminante de un coche eléctrico es su batería. Fabricarlas requiere explotar minas de litio, níquel, cobalto y manganeso en zonas con condiciones laborales y ambientales terribles. Países como Bolivia, República Democrática del Congo o Chile están siendo devastados por esta demanda creciente.

Además:

  • Una batería empieza a degradarse desde el primer uso.
  • Aunque tengan garantía de 8 años o 160.000 km, no significa que duren eso en buenas condiciones.
  • Cambiarla fuera de garantía puede costar entre 6.000 y 14.000 euros, dependiendo del modelo.
  • Los coches eléctricos más baratos no compensan su precio si en 8 años tienes que cambiar la batería. Directamente no sale rentable.

Y lo peor: ¿dónde van todas esas baterías usadas? A día de hoy, no hay una infraestructura eficiente ni global de reciclaje. Muchas acaban almacenadas, desechadas en países pobres o en vertederos sin tratamiento especializado.

Decir que un coche eléctrico “contamina menos” sin considerar este ciclo de vida completo es una manipulación de la verdad.


🔥 3. Incendios, explosiones y prohibiciones

Los incendios de coches eléctricos, aunque se silencien, están ocurriendo con más frecuencia que en los de gasolina. El motivo: las baterías de litio son altamente inflamables si sufren daños, sobrecarga o defectos internos.

Casos reales:

  • En Corea del Sur y Japón ya se han prohibido coches eléctricos en parkings subterráneos por el riesgo de incendio difícil de controlar.
  • En China, varias marcas han retirado miles de unidades por incendios espontáneos.
  • En Europa, hay registros de coches que se incendiaron simplemente estando aparcados.

¿Y si se prende fuego una batería? No se apaga con agua. Necesita espuma química específica, puede tardar horas en extinguirse y reavivarse incluso días después. Un coche eléctrico ardiendo no es solo peligroso: es una bomba química en plena ciudad.

Coche eléctrico incendio

🕒 4. Tiempo de carga: lento, molesto e imprevisible

Aunque las marcas presumen de “carga rápida”, la realidad diaria es muy distinta.

  • Si cargas en casa con enchufe normal: hasta 30 horas.
  • Con un Wallbox doméstico: entre 6 y 10 horas.
  • En punto público rápido (50 kW): 30-60 min para el 80 %, si no hay cola ni fallos.
  • En ultrarrápido (150 kW): de 15 a 30 minutos, pero muy escasos en España.

Y todo esto depende del estado de la red, del clima, del estado de la batería, del cable, de si hay otras personas cargando, de la compatibilidad de tu coche…

¿Te imaginas tener que mirar una app cada vez que quieras repostar? ¿Hacer cola para cargar durante media hora en un viaje? ¿O no poder usar tu coche porque el cargador del barrio está roto o ocupado?

Con los coches eléctricos, tu libertad de movimiento queda atada a una infraestructura deficiente, lenta y poco fiable.

Coche eléctrico cargando

🗺️ 5. Puntos de recarga: muchos en papeles, pocos en realidad

Las cifras oficiales hablan de más de 30.000 puntos de recarga en España. Pero… ¿cuántos funcionan? ¿Cuántos están activos, abiertos al público y operativos sin app, sin cuenta, sin pagar una suscripción?

  • Muchos puntos están fuera de servicio.
  • Otros requieren apps específicas, registros, tarjetas RFID, o pagar tarifas abusivas.
  • En zonas rurales o trayectos secundarios, simplemente no hay puntos cercanos.
  • En edificios sin garaje, comunidades de vecinos o alquiler, cargar en casa es inviable.

La realidad en 2025 es que el 90 % de las recargas se siguen haciendo en casa… porque fuera de casa, sigue siendo un caos.


📉 6. Rentabilidad cuestionable a largo plazo

Uno de los grandes argumentos a favor del coche eléctrico es el ahorro en combustible. Pero ya no es tan evidente:

  • El precio de la electricidad ha subido mucho. Hoy cargar 100 km puede costar 5 – 8 € si lo haces en casa… y hasta 10 – 14 € si lo haces en cargador público de pago.
  • Los puntos de carga rápida cobran incluso más que echar gasolina.
  • El mantenimiento puede ser menor, pero no gratuito: actualizaciones de software, frenos, neumáticos, refrigeración, etc.
  • El seguro es más caro, porque las reparaciones eléctricas cuestan más y los incendios no están cubiertos en todos los casos.

Y lo más importante: la batería tiene fecha de caducidad. Si en 8 años tienes que cambiarla, todo el supuesto ahorro se esfuma. Y si no hay recambio… te quedas con un coche muerto.


♻️ 7. Impacto medioambiental: el coche eléctrico también contamina (y mucho)

Te venden que no emite CO₂. Pero ¿qué hay detrás?

  • Fabricar un coche eléctrico genera un 70 % más de emisiones que uno de gasolina.
  • La huella ecológica de extraer litio, cobalto y grafito es brutal.
  • El transporte de materiales, ensamblado y baterías es global (China, África, América del Sur…).
  • La electricidad con la que cargas no siempre es verde. Si tu energía viene de gas natural o carbón… estás contaminando igual o más.

Y luego está el reciclaje: ¿qué se hace con millones de baterías viejas en 10 años? A día de hoy, la respuesta es: nada eficiente.


🧠 8. ¿Nos están imponiendo el coche eléctrico?

Esta es la parte más inquietante. Ya no parece una elección. Parece una obligación encubierta.

  • Prohíben la circulación de coches antiguos en muchas ciudades.
  • Penalizan el diésel con más impuestos.
  • Las etiquetas medioambientales favorecen al eléctrico, aunque no sea más ecológico.
  • Las ayudas públicas solo van al coche eléctrico nuevo.

En lugar de fomentar el uso responsable del coche actual o potenciar el transporte público, se empuja a la gente a endeudarse y cambiar de coche, aunque no lo necesite.

Esto no es ecologismo, es consumo forzado disfrazado de sostenibilidad.


⚖️ 9. Conclusión: ¿merece la pena comprar un coche eléctrico en 2025?

Después de todo lo analizado, la respuesta es clara: no, no merece la pena.

Comprar un coche eléctrico hoy significa:

  • Gastar más dinero.
  • Asumir mayores riesgos técnicos.
  • Contaminar más de lo que te cuentan.
  • Depender de una red de recarga poco fiable.
  • Estar atado a la vida útil de una batería que no durará tanto como un motor tradicional.

Un coche de gasolina bien cuidado puede durarte 20 años o más, como tú ya sabes por experiencia. ¿Cuántos eléctricos pueden decir lo mismo?


🚫 Recomendación honesta

No cambies de coche por presión social ni por campañas publicitarias. Si el que tienes funciona, cuídalo. Si necesitas cambiarlo, valora opciones híbridas, modelos eficientes o incluso el mercado de segunda mano.

El coche eléctrico quizás tenga su lugar… pero no en la actualidad...

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