Si alguna vez te has sorprendido trabajando mejor con música de fondo, no estás solo. Un estudio reciente realizado por la Universidad de Sheffield, Reino Unido, confirma que escuchar música mientras trabajas puede tener efectos muy positivos, especialmente en entornos de oficina.
La investigación señala que la música no solo mejora la concentración, sino que también eleva el estado de ánimo, lo que se traduce en una actitud laboral más positiva y proactiva. Esta mejora emocional no solo beneficia al trabajador individual, sino que también fortalece las relaciones con compañeros y clientes, fomentando un ambiente laboral más armonioso y colaborativo.
Además, la música puede ayudar a aliviar el estrés, un factor común que afecta la productividad en el trabajo. Al reducir la tensión, los empleados pueden desempeñarse con mayor eficacia y creatividad.
¿Qué tipo de música es mejor para el trabajo?
El estudio y expertos en productividad sugieren que la música instrumental, como el jazz suave, música clásica o sonidos ambientales, es ideal para evitar distracciones. Sin embargo, la elección puede variar según la persona y el tipo de tarea: actividades repetitivas pueden beneficiarse de ritmos más animados, mientras que tareas que requieren concentración intensa prefieren música tranquila.
Consejos para usar la música a favor en tu jornada laboral
- Alterna períodos con y sin música para evitar saturación.
- Usa auriculares para minimizar distracciones externas.
- Ajusta el volumen para que sea un acompañamiento y no una distracción.
- Crea listas de reproducción específicas para diferentes tipos de trabajo.