Un gigantesco agujero ha sido descubierto en la remota península de Yamal, en el Ártico siberiano. El hallazgo fue realizado desde el aire por varios helicópteros que sobrevolaban la zona. Curiosamente, el nombre de Yamal en la lengua local significa “fin del mundo”, lo que ha intensificado el interés alrededor de este fenómeno.
El cráter, que ya ha sido grabado tanto desde el aire como desde tierra, tiene un diámetro de aproximadamente 30 metros y una profundidad estimada de 70 metros, alcanzando lo que parece ser la superficie de un lago helado. No se descarta que su profundidad real sea aún mayor.
La comunidad científica ha comenzado a analizar imágenes satelitales para intentar establecer el momento exacto de su formación. Todo indica que es un fenómeno reciente, probablemente surgido en los últimos uno o dos años. Las teorías más aceptadas apuntan a una explosión subterránea provocada por acumulación de gas metano en el permafrost, aunque no existe aún consenso definitivo.
Sin embargo, otros se preguntan si realmente se trata de un fenómeno geológico natural. ¿Podría haber sido causado por pruebas subterráneas, tecnología desconocida, ovnis, o incluso un impacto cósmico? La falta de vídeos grabados desde el interior del cráter alimenta el misterio.
¿Estamos ante una señal de los cambios extremos en el planeta? ¿O frente a uno de los muchos enigmas que la Tierra aún guarda en silencio?